Capítulo 4:
Cumpliendo su cualidad de medio difusor de ideologías
y adoctrinamiento de masas, el cartel político logró inmiscuirse en la vida
cotidiana de las clases populares formando parte de los lineamientos
ideológicos que forjaron la anhelada mentalidad que los regímenes
totalitaristas del periodo entre guerras deseaban ver en su pueblo.
En un principio su objetivo fue más que nada social,
pues se necesitaba una renovación de la clase obrera con nuevos valores y
principios. Es por esto que los carteles políticos se tiñeron de temas de
índole social. Entre los cambios que estos fomentaron en la población se
encontraron la permanencia y el valor de la familia, la educación de los niños
y, muy popular entre los carteles durante la Revolución Rusa, el abandono del
consumo de bebidas alcohólicas. Este tema en específico causó especial
repercusión en la población pues los carteles ridiculizaban y avergonzaban a
quienes lo consumían e ingeniosamente asociaban las bebidas alcohólicas al
peligro que corrían los niños pequeños al cuidado de un padre que las consumía.
Una vez asegurado el campo social, los carteles
comienzan a adoptar su rumbo por excelencia: el campo político. La idea de que
la marcha al combate forjaba los valores de la sociedad generó un profundo
sentimiento patriótico en la población y el trabajo y la producción como
exponentes del pensamiento socialista movilizaron a las masas a convertirse a
la labor obrera y fabril.
Fuente: CLARK, T. (2000). Arte y Propaganda en el siglo XX: La imagen política en la era de la cultura de masas. Madrid.
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